lunes, 26 de enero de 2009

Cap 4 - 11:40 am | Momento 1 | El comunicado

Paso tiempo después – cuanto, ya no lo sé, una sensación de 4 a 10 meses –, sobre las mismas 11:40, nos llegó un escrito publicado por alguien que decía ser el estado, que había logrado ser hecho con una vieja máquina de escribir y copiado con papel carbón, en el que con dificultad leía:

“Nosotros el estado, sus científicos y su religión, hemos encontrado que el tiempo se ha detenido, hemos quedado sin esta dimensión y que nada ligado a él, ha quedado funcionando, no tenemos por lo tanto, ni velocidad, ni comunicaciones– acá no se lograba leer bien –, ni hora, ni fecha, hemos quedado clavados en las 11:40, el Sol está en la misma posición, de ese día hace muchos momentos, las sensaciones de los cuerpos quedaron con la que tenían en ese instante. Es imposible usar algún medio físico para comparar o tener una unidad hilaridad de los hechos. Si come o no come, no morirá pues al parecer la existencia ha quedado congelada en este momento por la eternidad. Creemos que dios o cronos como le llamamos actualmente murió y era quien sostenía el tiempo por lo que irremediablemente consideramos que estaremos así por siempre. Como última recomendación hemos decretado cambiar la unidad de tiempo de segundo a MOMENTO, la cual es considerada el tiempo suficiente para que pase algo o muy bueno o muy malo. Este es el único y último comunicado del Estado desde que cronos murió. Momento 1. Firma: El Estado”

Cuando todos leíamos ese comunicado, no sabíamos si el Momento 1, era bueno o malo, pero si estábamos seguros que la situación sería la misma para siempre.

Mi análisis de la situación, no era tan favorable,mi interpretación de los hechos no era la segunda muerte tan anhelada y definitiva de dios, en la que el hombre se vería libre de su paradigma de lo bueno y lo malo y todo absolutamente todo sería permitido, nada sería amoral o inmoral, un dios muerto significaba la aprobación a todos nuestros deseos, desde el primero hasta el último pecado capital y todas las combinaciones de los mismos – aunque en realidad vivíamos algo muy similar antes de las 11:40 am y durante ellas –. Mi análisis concurría con el de otros, dios, se había cansado de la especie humana, la había abandonado a su suerte, había decidido no condenarla, no juzgarla, no separar ni los buenos, de los malos, ni las ovejas de las cabras, decidió abandonarla a en su estado y a su suerte por toda la eternidad, hasta que la saciedad de la propia concupiscencia hicieran clamar un retorno que nunca se daría.

Estábamos solos, la deidad muerta o nosotros abandonados, y la suspensión de las leyes naturales referente al tiempo era la prueba de que el ser supremo, existe o existió, murió o nos abandonó. Solos estabamos, congelados en nuestros deseos, solos y sin tiempo, solos a las 11:40 am, en el fin del tiempo.

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