lunes, 26 de enero de 2009

Cap 5 - 11:40 am | Momento 2 | La náusea eterna

Durante mucho, mucho, mucho tiempo – si es que aun se le puede decir así – esperé en mi casa el turno de ser llamado a juicio por el ser superior, repasé desde mi primer recuerdo de la infancia, pasando por el colegio, luego universidad, y llegando por fin a mi vida profesional, nada me producía ni arrepentimiento, ni emoción, tenía la sensación de estar presentando un extracto de ahorros habían números negativos y positivos, pero en resumen muchas transacciones y estaba feliz de unas veces haberme sobregirado y otras haber ahorrado pero al final, pero mis últimas transacciones me dejaban sobregirado – confieso que iba a volver a reivindicarme con la vida, pero cuando mi carne estuviera más serena – parecía todo confluir a esta náusea a este final del tiempo, a esta última fotografía en la que había quedado congelado, en este malestar eterno.

La desazón, el desconcierto y la ira se fueron apoderando de mí, el sentirme sepultado sobre 37 años de mierda, se fue haciendo más fuerte, el verme atrapado en esté vómito de borracho eterno, hacia que de mi surgieran maldiciones a lo visible y a lo invisible. –“¡Maldita sea!, ¡Maldito todo!, ¡Maldito yo!”- grité, - “a buena hora me dio por emborracharme justo el día del juicio final”. En mi desesperación me arroje del diecisieteavo piso y nada terminó.

Cap 4 - 11:40 am | Momento 1 | El comunicado

Paso tiempo después – cuanto, ya no lo sé, una sensación de 4 a 10 meses –, sobre las mismas 11:40, nos llegó un escrito publicado por alguien que decía ser el estado, que había logrado ser hecho con una vieja máquina de escribir y copiado con papel carbón, en el que con dificultad leía:

“Nosotros el estado, sus científicos y su religión, hemos encontrado que el tiempo se ha detenido, hemos quedado sin esta dimensión y que nada ligado a él, ha quedado funcionando, no tenemos por lo tanto, ni velocidad, ni comunicaciones– acá no se lograba leer bien –, ni hora, ni fecha, hemos quedado clavados en las 11:40, el Sol está en la misma posición, de ese día hace muchos momentos, las sensaciones de los cuerpos quedaron con la que tenían en ese instante. Es imposible usar algún medio físico para comparar o tener una unidad hilaridad de los hechos. Si come o no come, no morirá pues al parecer la existencia ha quedado congelada en este momento por la eternidad. Creemos que dios o cronos como le llamamos actualmente murió y era quien sostenía el tiempo por lo que irremediablemente consideramos que estaremos así por siempre. Como última recomendación hemos decretado cambiar la unidad de tiempo de segundo a MOMENTO, la cual es considerada el tiempo suficiente para que pase algo o muy bueno o muy malo. Este es el único y último comunicado del Estado desde que cronos murió. Momento 1. Firma: El Estado”

Cuando todos leíamos ese comunicado, no sabíamos si el Momento 1, era bueno o malo, pero si estábamos seguros que la situación sería la misma para siempre.

Mi análisis de la situación, no era tan favorable,mi interpretación de los hechos no era la segunda muerte tan anhelada y definitiva de dios, en la que el hombre se vería libre de su paradigma de lo bueno y lo malo y todo absolutamente todo sería permitido, nada sería amoral o inmoral, un dios muerto significaba la aprobación a todos nuestros deseos, desde el primero hasta el último pecado capital y todas las combinaciones de los mismos – aunque en realidad vivíamos algo muy similar antes de las 11:40 am y durante ellas –. Mi análisis concurría con el de otros, dios, se había cansado de la especie humana, la había abandonado a su suerte, había decidido no condenarla, no juzgarla, no separar ni los buenos, de los malos, ni las ovejas de las cabras, decidió abandonarla a en su estado y a su suerte por toda la eternidad, hasta que la saciedad de la propia concupiscencia hicieran clamar un retorno que nunca se daría.

Estábamos solos, la deidad muerta o nosotros abandonados, y la suspensión de las leyes naturales referente al tiempo era la prueba de que el ser supremo, existe o existió, murió o nos abandonó. Solos estabamos, congelados en nuestros deseos, solos y sin tiempo, solos a las 11:40 am, en el fin del tiempo.

lunes, 19 de enero de 2009

Cap 3 - 11:40 am | Momento Cero |

Daniel 11,40 "Al fin de los tiempos,
el rey del mediodía chocará con el del norte"


Desperté, miré el reloj de mi celular y eran las 11:40 am, el dolor de cabeza era fuerte pero soportable, los pensamientos le habían vuelto a hacer caso a la razón y solo se comunicaban de a uno, el cansancio y el agotamiento acompañaban cada coyuntura de mi cuerpo, mi piel seguía transpirando el licor, no sé cuánto tiempo dormí, si sé que fue profundo, que no sentía nada y que experimentaba la percepción contradictoria que me acababa de acostar y que había dormido mucho tiempo, y dije en voz alta: - “Pensé que era más tarde, que había dormido minimo 4 horas”; con la misma intención de romper el silencio que acompañaba mi vida solitaria.

La sensación de perdido y de desorientado de nuevo acompañaba como en anteriores días de recuperación alcohólica. Desnudo organicé la casa, de nuevo tomé jugo de mango con otro trozo de pan, me bañé, me pusé una ropa cómoda y salí esa mañana sábado a realizar las diligencias pendientes de la semana que estaba terminando.

Me dirigí hacia el centro de la ciudad que quedaba a unas pocas cuadras de mi viejo apartamento, volví a mirar el reloj del celular y eran las mismas 11:40 am, el dolor de cabeza no se había ido, mi piel expelía licor, y el agotamiento y cansancio acompañaban cada coyuntura de mi cuerpo; pensé que algo raro le había ocurrido a mi celular, y renegué de malestar por haber bebido la noche anterior.
A medida que caminaba volvía en mi mismo, y el mundo que me rodeaba no me gustaba para nada, los vehículos estaban detenidos, las personas todas en afuera de negocios y edificios conversando unas con otras, cada cierta distancia encontraba corrillos de ciudadanos hablando, y en los más afortunados un fulano gritando a plena voz, mientras los demás asentían o le preguntaban, fueron muchos los que vi en mi recorrido hasta que decidí parar en uno que tuviera su fulano increpador y decía -“Es que estaba escrito que este día llegaría y todos aquellos que transcribieron la biblia lo hicieron mal, no llego el fin de los tiempos, sino el fin del tiempo, el tiempo se ha negado a caminar más, éste es el fin, si señores, arrepiéntanse pues el día del juicio ha llegado!!!, y el Señor bajará con sus ángeles a juzgarnos”, todos se miraban con desconcierto, unos movían la cabeza en signo de aprobación, otros en rechazo y yo extrañado miré mi reloj de celular y en efecto seguían siento las 11:40 am, ante tal afirmación llame a Carlos – mi mejor amigo – pero una señora como de sesenta años me dijo –“Mijo, ni lo intente, no funciona ni la tecnología, ni los relojes, ni los vehículos, nada, este es el fin, arrepiéntase como dice el pastor y espere tranquilo su juicio” y en efecto el celular no funcionaba.

La situación era desconcertante, los relojes estaban detenidos, el sol no avanzaba, las personas como locas arrodilladas en las calles lamentándose en voz alta de su incoherencia e implorando misericordia y esta sensación de guayabo que no se quitaba me enloquecía. Logré regresar a mi hogar y ni un pensamiento de arrepentimiento llegaba a mi torpe corazón, adormecida la conciencia o como sea que se llame ese órgano acusador ubicado al lado derecho de la voz que nos sugiere hacer lo placentero.

Cap 2 - 10:34 am

En la cama, desnudo y hediondo, la situación no fue tan fácil, el dolor de cabeza estaba inaguantable, y las ideas comenzaron a agolparse unas contra otras, iban y venían, pedían la palabra, no se tomaban la molestia de entrar por el filtro de la razón, sino que hablaban unas contra las otras, se juntaban, andaban por mi corteza cerebral sin quien las controlara y dirigiera, hormigueaban y trabajaban todas juntas en contra de mi hedónica existencia; un pensamiento recordaba la noche anterior y hacia esfuerzos por hilar los hechos, personas, nombres, y cronologías; otro trataba de hacer planes para este día, las personas que iba a llamar y los lugares a visitar; otro intentaba acordarse del nombre de la fémina seducida la noche anterior y por ese mismo pensamiento recordaba formas similares, parecidas, erráticas de las otras amantes de mi vida; otro tomo la voz de la infancia de mi madre y comenzó a levantarme para ir al colegio; hablaban todos mis pensamientos en voz alta y todos tomaban vida, mientras mi cabeza sentía que se reventaba, que no podían convivir tantos al tiempo, que quería arrancármela, ponerla a un lado y esperar a que todo se calmara para volver a usarla cuando todo estuviera de nuevo tranquilo, silencioso y ordenado.

Los pensamientos no sabían ponerse de acuerdo, ninguno lograba dominar ni vencer a los otros, me sentía al borde de la muerte, y decidí dormir mientras todos discutían en voz alta - pues muchas cosas se vencen más fácil cuando se aceptan -, me entregue a esa locura alcohólica y dormí mientras todos mis pensamientos gritaban, los ignoré y caí en un sueño tan profundo que cada instante descansaba las vidas que me faltaban por vivir.

domingo, 18 de enero de 2009

Cap 1 - 10:03 am

El fétido olor que desprendía mi piel luego de una noche de licor y cigarro me habían despertado, el dolor de cabeza aturdidor, mis ronquidos leónicos habían secado mi garganta y la pesadez de tanta bohemia me estaban enloqueciendo, al fin al cabo era todo como un presagio, de tantas cosas que pasarían este día que aun no termina.

Fue pesado levantarse y sentirse aturdido, y magullado por tanto placer, el aguardiente, la cerveza, los pasantes, los tequilas, las risotadas, las miradas furtivas y la conquista de la noche - la cual pude complacer en el baño del bar-, mis amigos, y beber hasta las 7 de la mañana de este maldito día. Y mientras abría la nevera para sacar el jugo de mango y tomaba un trozo de pan con mis torpes e imprecisas manos, me molestaba el pensar en que "lo bueno, no dura", no duran los momentos de buen amor, no dura el éxito, no dura el orgasmo, ni masculino, ni femenino por más bien logrados que estos sean, no dura el beso robado, ni la sensación de la primera vez, no dura, ni perdura nada, parecemos perseguidores de buenos momentos, cosechadores de pausas, para ver hasta donde más arriba podemos llegar, hasta donde algo bueno sepulta lo malo, hasta donde una experiencia se le pareció a la otra, hasta donde logramos algo nuevo o distinto, parecemos como buscando en que distraer la existencia hasta el próxima explosión de vida, en fin , seré el único loco que se pregunta tanta tontería y tanta estupidez, - ¡Por algo me dio el desenguayabe!, dije en voz alta, como queriendo marcar mi reflexión con un poco de aire quemado por mis pulmones y llenar mi apartamento no solo con mi transpiración hedionda, sino con mi aliento, remarcado por la mezcla de indiscriminada licores, tratando de estrangular el silencio que me ronda en esta ciudad de trabajo, gente y soledad.

Terminé el pan y el jugo, y me volví a acostar, a intentar dormir, con la seguridad que más tarde me sentiría mejor.